BURGOS es la ciudad del camino de Santiago más importante en la historia de España, ya que fue la capital del Reino de Castilla y después de Castilla y León y posteriormente de la España unificada (una vez realizada la conquista de Granada).
Al llegar a BURGOS, en el libro incluí relatos históricos que ayuden al lector a comprender mejor la influencia de este lugar en la formación de la actual nación española.
He agrupado la información en apartados diferenciados, aunque en algún caso tienen relación entre sí. Empezaremos por la fundación de la ciudad:
También Burgos fue testigo de los asuntos tratados por los Reyes Católicos con el descubridor de América, Cristóbal Colón....
He agrupado la información en apartados diferenciados, aunque en algún caso tienen relación entre sí. Empezaremos por la fundación de la ciudad:
Una ojeada a la historia: El Castillo de Burgos
Ya se había descubierto el sepulcro de Santiago y se había iniciado la construcción de la basílica de Compostela, siguien-do instrucciones del rey astur-galaico Alfonso III (866-910), cuando en el año 884, sobre un cerro próximo al río Arlanzón, se empezó a construir el castillo y se fundó la ciudad de Burgos.
Al amparo del castillo, surgieron las primeras casas de una nueva ciudad, que, con los años, y el auge del Camino de Santiago, creció rápidamente.
Burgos, con el tiempo, ha jugado un transcendental papel político en España, siendo capital de reino unificado de Castilla y León desde 1073 hasta la conquista de Granada en 1492, cuando los Reyes Católicos decidieron trasladar la capital de la España unificada a Valladolid.
Durante el siglo XV el castillo estaba bajo el control de la familia de los Estúñiga y eran frecuentes los enfrentamientos entre el castillo (los señores feudales) y el concejo (la plebe).
En esas circunstancias surgió la guerra en Castilla que, a la muerte de Enrique IV de Castilla (hijo de Juan II), enfrentó durante cuatro años (1475-1479) a los partidarios de Isabel (hija de Juan II) y Fernando con Juana la Beltraneja (nieta de Juan II) y su marido Alfonso V de Portugal. Como no podía ser de otra manera, en Burgos, los señores del castillo apoyaron a un bando (Juana la Beltraneja) y la ciudad al otro.
El castillo fue testigo de esta lucha y allí quedaron las huellas, ya que los partidarios de Isabel, para tratar de rendir la fortaleza, construyeron galerías hasta alcanzar el pozo de 62 metros de profundidad que abastecía de agua a los moradores del castillo. Las galerías y la escalinata del pozo, en forma de caracol, fueron campo de batalla durante varios meses, hasta que, en 1476, los partidarios de Isabel la Católica consiguieron la rendición.
Gracias a la restauración del castillo, de su pozo y de las galerías construidas durante esa disputa, los visitantes pueden rememorar esa parte de nuestra historia y visitar ese campo de batalla tan especial, por infrecuente.
Burgos, ya era la capital del reino de Castilla y León cuando nació El Cid por esas tierras, aunque no se sabe fehacientemente donde se produjo realmente su nacimiento. Estamos en el siglo XI y los árabes aún controlaban gran parte de la península, aunque en muchos sitios eran vasallos de los reyes castellanos. Son tiempos de avances y retrocesos en la formación de la nación española, ya que, mientras por una parte se van conquistando nuevos territorios, a veces, a la muerte del rey, se reparten esos territorios entre los hijos.
Una ojeada a la historia: El Cid
Decir “El Cid”, es decir Burgos, ya que fue alrededor de esta ciudad donde la historia y la leyenda narran los episodios más importantes de la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como el Cid (1043-1099); esa denominación “El Cid” proviene de la forma en la que los árabes se referían a él “al-Sayyid/Sidi/Señor”.
Fue en la iglesia de Santa Gadea, cerca de la catedral, donde, tras la muerte de Sancho II en el sitio de Zamora, el 7 de octubre de 1072, “El Cid”, vasallo de Sancho II hasta la muerte de éste, hizo jurar al rey Alfonso VI, que no había participado en el asesinato de su hermano Sancho. Este acto, fue exigido por la nobleza castellana para considerar a Alfonso VI como nuevo rey de Castilla. En Zamora, siempre se recordará ese episodio de la historia puesto que una de las puertas de la muralla lo rememora; todo el mundo la conoce como el “Postigo de la Traición”, porque, según la leyenda y el romancero, a través de esa puerta, que formaba parte de las murallas construidas en el año 893 por Alfonso III, Bellido Dolfos salió de la ciudad sitiada y ......
..... La historia y la leyenda se confunden y entrecruzan en el famoso “Cantar de Mío Cid”, que fue compuesto por un juglar y publicado en el siglo XIV; en él se recogen, en clave de ficción literaria, las venturas y desventuras de este renombrado personaje histórico.
Después del castillo, en toda ciudad castellana, en tiempos de la reconquista, no podía faltar la catedral.
Una ojeada a la historia: Las catedrales de Burgos
La primera, románica, se construyó en el siglo XI, reinando Alfonso VI. El rey cedió unos palacios y en su lugar se levantó la catedral, que fue testigo de la boda del rey Fernando III el Santo con Beatriz de Suabia, celebrada por el obispo Mauricio.
El mencionado obispo, fue el gran impulsor de la catedral actual. En sus viajes por Francia y Alemania, quedó impre-sionado al contemplar las catedrales de estilo gótico que se levantaron en esos países, siguiendo los nuevos métodos constructivos impulsados por el abad Suger del convento de Saint-Denis de Paris.
El obispo Mauricio convenció al rey Fernando III el Santo y entre los dos impulsaron el proyecto. La primera piedra se puso el 20 de julio de 1221. En esos momentos Fernando III era rey de Castilla y desde 1230 lo fue de Castilla y León. Años después de su muerte, Fernando III, fue convertido en Santo gracias a sus conquistas a los árabes: los reinos de Córdoba, Jaén, Murcia y la ciudad de Sevilla. En Sevilla, estableció su corte después de conquistar la ciudad y allí murió.
Volviendo a la catedral, hay que señalar que su cons-trucción fue lenta y llena de dificultades, lo que prolongó los trabajos hasta finales del XV y comienzos del siglo siguiente, ya que algunas de las capillas fueron concluidas ya entrado el siglo XVI. Más tarde, se realizaron reformas en el XVIII. El resultado de estos trabajos, a lo largo de cinco siglos, es una mezcla de estilos, pero la base es el gótico ojival.
Intervinieron gran cantidad de arquitectos, artistas y artesanos y entre ellos, como no, estuvo Gil de Siloé, que se ocupó, entre otros trabajos, de construir la escalera renacen-tista que comunica el templo con la puerta alta, del retablo mayor de la capilla de Santa Ana y del sepulcro de don Alonso de Cartagena, en la capilla de la Visitación.
En esta hermosa catedral, están custodiados los restos de reyes y grandes de España, como el rey Alfonso X el Sabio y su esposa doña Violante o El Cid y doña Jimena. Además, entre sus muros se conservan piezas valiosas con mucha historia, como el “Cofre del Cid”, donde se custodian los más preciados pergaminos del cabildo.
No podemos olvidarnos del “papamoscas”, que está junto a la entrada principal y genera una gran expectación entre los visitantes.
Si avanzamos cronológicamente en la historia, de España y de esta villa, no podemos dejar de mirar a un monumento un poco alejado de la ciudad, la Cartuja de Miraflores. Este monasterio y su iglesia están a unos 3,5 kilómetros río arriba y muy próximos a él.
Una ojeada a la historia: La Cartuja de Miraflores
El monasterio fue fundado por Juan II, padre de Isabel la Católica en el año 1441. La iglesia se inició en tiempos de Juan II (1454), pero fue durante el reinado de Isabel la Católica cuando se terminó el edificio (1484) y se realizaron los bellísimos sepulcros en alabastro de sus padres y su hermano el príncipe Alfonso.
Fue Gil de Siloé el artífice de esas maravillosas crea-ciones que sin duda constituyen piezas únicas, comparables a los más bellos sepulcros que se puedan haber construido en cualquier lugar del mundo. A esta obra, Gil de Siloé le dedicó aproximadamente unos diez años (1489-99).
El sepulcro principal ubicado en el centro de la nave, frente al altar mayor, contiene los restos de Juan II y su segunda esposa Doña Isabel de Portugal. En la pared izquierda mirando hacia el altar mayor, muy cerca del sepulcro de sus padres, está el del infante Alfonso, hijo de ambos y hermano de Isabel; este sepulcro es de una increíble sensibilidad artística y de una maestría inigualable.
El retablo no desmerece con los sepulcros y fue realizado por el mismo artista. Está policromado y se dice que fue dorado con el primer oro que llegó a España procedente de América.
Si seguimos el devenir de los tiempos, llegamos a la época de los Reyes Católicos y también esta ciudad tuvo su prota-gonismo, como ya quedó recogido en la historia del castillo.
Una ojeada a la historia: Los Reyes Católicos
Para llegar a los Reyes Católicos empezaremos por Juan II, el que dejamos enterrado en la Cartuja de Miraflores con su segunda esposa doña Isabel de Portugal. Juan II anteriormente había estado casado con María de Aragón con la que tuvo un hijo, Enrique IV, que a su muerte reinó entre los años 1454 y 1474.
En 1453 Enrique IV había contraído un segundo matrimonio con Juana de Portugal y al año siguiente, a la muerte de Juan II, se convirtió en el rey de Castilla. Durante los 20 años de su reinado ocurrieron diferentes hechos que provocaron la guerra civil ocurrida a su muerte:
-Nacimiento de Juana en 1462 y proclamación de ésta como heredera del trono si no nacía posteriormente un hijo varón.
-Rebelión aristocrática contra Enrique IV y celebración en Ávila de una mascarada grotesca “farsa de Ávila”, en la que arrojaron al suelo la imagen del rey al grito de “¡a tierra, puto!” y proclamaban rey a su hermano (de padre) Alfonso. Eso implicaba que Isabel pasaba a estar en la línea de sucesión después de su hermano Alfonso.
-Se expande la calumnia de que Juana no es hija del rey, sino de uno de sus principales cortesanos y amigos: don Beltrán de las Cuevas, un hidalgo de Úbeda al que había nombrado duque de Alburquerque. A Juana le ponen el mote de “la Beltraneja”.
-En 1468 muere Alfonso y esto implica que Isabel pasa a la primera fila para suceder a Enrique IV.
-El 19 de septiembre de 1468 se firma el tratado de los Toros de Guisando, por el que Enrique IV reconoce la designación de Isabel como heredera en detrimento de Juana, lo que provoca que su esposa le abandone.
-En 1469 Enrique IV intenta casar a su hermana (de padre) Isabel con Alfonso V de Portugal que había enviudado, pero Isabel no acepta.
-Ese mismo año Isabel, contra la voluntad de su hermano, y contraviniendo el acuerdo de los Toros de Guisando, por el que Isabel requería el consentimiento de Enrique IV para contraer matrimonio, decidió casarse con Fernando de Aragón.....
...... y, aunque el papa Pablo II, se negaba a conceder la bula, en la fecha fijada para la boda había un documento que fue leído el 19 de octubre de 1469 por el arzobispo Carrillo. Se trataba de un documento falsificado, fechado cinco años antes cuando era papa Pío II. El matrimonio se consumó en la noche del 19 al 20 de octubre y se mostró la prueba (la sábana) a los “jueces, regidores y caballeros”, lo que motivó ......
...... y, aunque el papa Pablo II, se negaba a conceder la bula, en la fecha fijada para la boda había un documento que fue leído el 19 de octubre de 1469 por el arzobispo Carrillo. Se trataba de un documento falsificado, fechado cinco años antes cuando era papa Pío II. El matrimonio se consumó en la noche del 19 al 20 de octubre y se mostró la prueba (la sábana) a los “jueces, regidores y caballeros”, lo que motivó ......
Hubo batallas y lucha en muchos puntos del territorio. La batalla definitiva tuvo lugar el 1 de marzo de 1476 en Peleagonzalo (junto a Toro), donde el ejército de Isabel y Fernando consiguió una gran victoria sobre los partidarios de Juana y el rey portugués, lo que motivó que tuvieran que rendir la plaza de Toro y regresar a Portugal.......
Tras la conquista de Granada, de nuevo Rodrigo de Borgia, siendo ya papa con el nombre de Alejandro VI, les concedió el titulo de Reyes Católicos.....
También Burgos fue testigo de los asuntos tratados por los Reyes Católicos con el descubridor de América, Cristóbal Colón....
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