miércoles, 1 de febrero de 2012

León y la iluminación

Contenido publicado en el blog "atilanov" el 29-8-2011

La llegada a León, el día 29 de mi caminata a Santiago, fue un reencuentro con la belleza y el arte. De entrada el lugar donde se encuentra el albergue es uno de esos rincones mágicos difíciles de encontrar en las grandes ciudades españolas. Una plaza de tiempos de Carlos IV (s. XVIII), con suelo de piedras y una fuente también de piedra con dos figuras que simbolizan los dos ríos que pasan junto a León. Como complemento, el magnífico edificio del albergue-hostal, casas de piedra perfec-tamente conservadas y una iglesia románica.
Después de la comida, en el albergue, salgo a la plaza a tomar café y allí paso un rato muy agradable con el peregrino francés, que es arquitecto… confidencias sobre la familia, los hijos, el arte y el camino.
Hay que ver la ciudad y, cada uno por su lado, nos pone-mos a ello. Recorrido a través de sus estrechas y acogedoras calles y visita a las dos catedrales (la gótica y la románica) donde disparé mi cámara decenas de veces… hasta que la batería dijo basta. Retorno al albergue para cargarla y vuelvo a salir a seguir disfrutando de la ciudad. A la hora de la cena, de nuevo en la plaza empedrada a contemplar las vistas nocturnas del lugar.
En este capítulo hay un tema principal: el arte y uno secundario, los personajes históricos que ayudaron a crear estos maravillosos monumentos. Empezaremos por San Isidoro, ya que cronológicamente fue el primero:


Una ojeada a la historia: San Isidoro de León

Lo que hoy conocemos como San Isidoro de León, inicialmente fue la iglesia de San Juan y San Pelayo y se empezó a construir en tiempos de Alfonso V (999-1027).
Años más tarde, Fernando I y su esposa doña Sancha decidieron construir un panteón real y poner a esa iglesia bajo la advocación de San Isidoro, obispo de Sevilla, cuyas cenizas llegaron a la nueva colegiata en la fecha de su consagración, el 21 de diciembre de 1063. Para la ocasión, doña Urraca de Zamora, donó una magnífica copa que se puede admirar en el museo de la colegiata.
La colegiata de San Isidoro de León está junto a la muralla romana. Se concluyó en el siglo XI y es panteón de reyes, príncipes y princesas castellanos. En los sepulcros allí existentes, que fueron profanados por los franceses a comienzos del siglo XIX, están los restos de Doña Urraca (princesa de Zamora) y Doña Elvira (princesa de Toro), ambas hijas de Fernando I y doña Sancha. Las bóvedas del panteón fueron decoradas con pinturas románicas en el siglo XII; además de un espléndido pantocrátor, los autores nos ilustran con escenas de tareas agrícolas que realizaban los lugareños en cada una de las estaciones del año.


Antes de explicar cómo se construyó la catedral de León, os voy a contar la vida de un personaje que descubrí mientras escribía este libro y que influyó poderosamente en esta y otras muchas catedrales, todas las del estilo gótico, ya que fue él quien propicio la aparición de este estilo arquitectónico. Se trata de un abad de St. Denis que en el siglo XII revolucionó los métodos constructivos en busca de la LUZ.


Una ojeada a la historia: El abad Suger

El abad Suger, a quien podemos considerar como el inspirador del estilo gótico, nació y murió en St. Denis (1081-1151). Eclesiástico y estadista francés, fue uno de los grandes mecenas de la Edad Media.
A la  edad de 10 años entró en un monasterio para su educación como monje y allí  estudió durante diez años en compañía del futuro Luis VI. Hombre de total confianza del rey Luis VI, desempeña para éste las funciones de Consejero Principal, equivalente a Primer Ministro. Consejero de Luis VI y Luis VII, actuó como regente de 1147 a 1149 durante la ausencia de Luis VII con motivo de la Segunda Cruzada y a su regreso, el rey proclamó 'Padre de la Patria' al abad Suger.
Suger inaugura la vocación historiográfica de la abadía de Saint-Denis con la redacción de su manuscrito “Vida de Luis VI el Gordo”, primero de los volúmenes de las “Grandes Crónicas de Francia”, que constituirán la historia oficial de la monarquía francesa.
A pesar de su papel destacado en la vida política durante los reinados de Luis VI el Gordo y Luis VII el Joven y de su obra literaria, no es por ello por lo que la humanidad le debe reconocimiento, sino por su empeño en hacer realidad en las catedrales lo que proclamaba el teólogo bizantino, el Pseudo Dionisio Aeropagita, “Dios es luz”, dando de esta forma nacimiento a la primera catedral gótica en Saint-Denis. En su tratado “De constructione”, Suger instruye así al arquitecto.....

Cuando se empezó la construcción de la catedral de León ya era una realidad la nueva basílica-catedral de St. Denis, que sirvió de modelo para los arquitectos de la impresionante catedral que tenemos en esta ciudad del Camino de Santiago:


Una ojeada a la historia: Catedral de León

Cuando Suger pidió a sus arquitectos que la luz fuera la protagonista de la nueva catedral de Saint-Denis, cerca de París, seguramente no podía llegar a imaginar  que en cons-trucción alguna se pudiera conseguir un resultado tan espectacular como el que podemos disfrutar en la catedral de León.
El abad, que bebía de las fuentes de la filosofía griega, a través de Platón, tenía claro que Cristo era la luz del mundo, como también recoge el Evangelio de San Juan, y que esa luz había de ser reflejada en una nueva arquitectura.
A la catedral de León muchos la consideramos la más armoniosa y luminosa del gótico español. Sus numerosas vidrieras (125 grandes ventanales y 57 más pequeñas, que cubren un total de unos 1800 m2) ....


La razón y la inteligencia que buscaban los intelectuales de Chartres y París, donde surgió la idea de hacer entrar la luz en las catedrales, es la misma que hoy seguimos buscando la mayor parte de los peregrinos, al emprender el camino hacia Santiago.  Ésta, es una reflexión más en mi camino, ése que me está llevando de la Cruz a la Luz, desde Lourdes a San-tiago, similar a la que, en su momento, llevó a las corrientes artísticas y del pensamiento, a evolucionar y abandonar el románico, dando nacimiento al gótico.
Admirando el magnífico trabajo de los artistas que hicie-ron esta hermosa catedral, me viene a la mente una frase sufí: “La iluminación es llegar hasta la cima de la montaña y luego seguir subiendo”. Pues bien, creo que su espíritu de superación, fue lo que les llevó a sentirse así, inspirados e iluminados para conseguir un trabajo como el que hicieron en aquellos tiempos, sin las tecnologías y herramientas de que disponemos hoy en día.

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