miércoles, 1 de febrero de 2012

El día antes de llegar a Santiago: Reordenando mi mochila

Contenido publicado en el blog "atilanov" el 02-9-2011

 Reordenando mi mochila
Ese día, antes de comer ya estaba en el hostal donde me quedé velando armas para entrar en Santiago al día siguiente. Aproveché la jornada para volver la vista atrás y revisar las mochilas: la que llevaba a la espalda y la que llevamos siempre puesta, sin ser conscientes, en muchos casos, de las cosas que vamos poniendo en ella.

No me he planteado ir a Finisterre a quemar nada. Empecé con la idea de la regeneración, de mi renacimiento, y eso ya fue ocurriendo desde hace muchas, muchas jornadas. Además, fui perdiendo cosas que no necesité y tomando obsequios del camino que me fueron útiles. En cualquier caso, aproveché para ver si había algo que ya no necesitaba y llené una papelera con ropa sucia, para evitar sobrepeso a la hora de facturar en el aeropuerto. De la riñonera también retiré o consumí los últimos alimentos que llevaba para casos de emergencia.

Al revisar la otra mochila, esa invisible que siempre va con nosotros, me quedé bastante impresionado. Traté de vaciar la mayor parte de su contenido encima de mi cama, mientras tumbado,  pasaba revista a los últimos meses de mi vida. Allí ya no aparecieron algunas de las cosas que me habían condicionado durante años y, sin embargo, aparecieron muchas ideas nuevas a través de los personajes que me acompañaron durante el camino: Jorge Bucay, Deepak Chopra, Richard Bach, Annie Sabathé… y, como no, Eckhart Tolle, mi guía espiritual en mi primer camino de Santiago, mi Petrus particular. Cada uno me recordaba alguno de sus mensajes:

Ø Jorge Bucay: En la cima de la montaña, en un bosque ¿Quién eres? Sin nadie que mire, sin nadie que juzgue u opine… ¿Quién eres? Para ser cualquier cosa necesitas los ojos de otro. En tu soledad total no eres nadie (ni una per-sona importante ni un don nadie)… y sin embargo TÚ eres.

Ø Richard Bach: Tu cuerpo entero no es más que tu propio pensamiento, en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento y romperás también las cadenas de tu cuerpo. Somos libres de ir donde queramos y de ser lo que somos -contestó Juan a sus alumnos-, cuando se disponían a volver a donde no los querían.

Ø Chopra: Es muy difícil ser feliz si no eres dueño de tus propias emociones. A veces nos damos demasiado a los demás, y perdemos el control de nuestras emociones porque dejamos que los demás incluyan demasiado en nosotros.
Y también me recordaba: No importa cuánto  hayamos complicado nuestras vidas, siempre es posible recurrir a la parte universal del alma, al campo infinito de potencial puro y modificar el curso de nuestro destino.

Ø Annie Sabathé: Cuando avanzas siguiendo un orden perfecto, en armonía total de pensamiento y acción, estás en contacto con el poder creativo y a través de él tendrás la oportunidad de seleccionar medios para llegar a un objetivo; acepta la vibración y déjala fluir… tú formas parte del “magma” del pensamiento creativo y podrás dar más y mejor ya que  una energía inagotable te ayuda a seguir aportando a los demás el poder creativo de tu espíritu, el cual, permanecerá a tu lado mientras sigas tranquilo, en paz y armonía con el Universo.

Ø Confucio: Sólo puede ser feliz siempre, quien es feliz con todo.

Ø E.Tolle: Es bueno aprender, cuanto antes, que todo lo que surge se desvanece y a no ofrecer resistencia a lo que es. Hay que dejar ser al momento presente y aceptar la futilidad de las cosas y condiciones. Sólo así encontrarás la paz. Las cosas, las personas y las condiciones surgirán y te aportarán felicidad y después se irán, los ciclos van y vienen, pero si no hay dependencia no hay pérdida y la vida fluye con facilidad, lo que no ocurre al aferrarte a las cosas, ya que cuando te resistes, se dispara el dolor emocional y entonces situaciones sin importancia generan ira, depresión y tristeza profunda. No sabotees tu propio bienestar, saborea lo positivo y deja que fluya tu vida, viviendo en el ahora.

También apareció encima de la cama un momento de mi vida, una escena familiar, cuando, en una ocasión, al filo de la media noche, hablábamos mi hijo y yo con mi nieta mayor, sobre los conceptos “hoy” y “mañana”...

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